Generar una gran idea, hacer lo que más te gusta y ser tu propio jefe; esas son quizá algunas de las cosas que tienes en mente antes de desarrollar tu nuevo negocio.
Cuando decidí iniciar con Life Consulting Group, lo primero que pensé es que debía invertir mi tiempo y mi dinero en un negocio del cual ya tenía conocimiento.
Ya tenía dos años con la cosquilla de independizarme, era el momento de dar el gran paso e iniciar mi empresa.
Al desarrollar la idea de mi start up siempre estuve convencido de que no sería un productor freelance convencional, sino uno que tomara grandes riesgos, pero sobretodo que asumiera el trabajo con responsabilidad; simplificando procesos. Esto agilizaría procesos y optimizaría el tiempo, ambas acciones generarían dinero.
Pero ¿de qué sería la empresa? ¿a qué me dedicaría el resto de mi vida?
Una vez en alguna junta, escuché que justamente había una empresa que daba asesoría sobre comunicación a clientes directos por ejemplo, si una marca tenía problemas de comunicación, pues buscan empresas que los analicen y les digan si lo que necesitan es organizar una convención o armar un viaje de incentivo, etc.
Es algo así como el “middleman”, aquel que se encarga de mediar, hacer los contactos y buscar soluciones.
¿Cómo lo iba a lograr? ¿Y el capital humano?
Desde un inicio la idea es que todo fuera “low cost”, la máxima inversión sería en asuntos publicitarios. Buscaría talento joven, freelancers que no tendrían que asistir a trabajar a un lugar físico para trabajar.
Para LCG no existiría el concepto “proveedor”, sino el de SOCIOS COMERCIALES. Nuestro objetivo sería garantizarles negocios concretos y ser sus aliados, quienes buscan clientes para ellos sin generarles ningún costo extra.
El concepto general de LCG englobaría una empresa única en su ramo que se encarga de ofrecer SOLUCIONES en distintos ramos: Comunicación/Marketing, Creatividad, Meeting Planning, Producción de Eventos corporativos y tecnología en México, USA, Canadá y Latinoamérica.
